Si queremos vivir -y necesitamos hacerlo- en un mundo más ecológico, debemos relacionarnos de otra manera con los objetos de consumo. O lo que es lo mismo, alejarnos de la cultura de usar y tirar. Y las empresas tienen en ello una gran responsabilidad, por ejemplo haciendo de su marketing algo más transparente.
La batalla contra la obsolescencia programada
Una de las batallas para la eficiencia ecológica de las empresas está en la obsolescencia programada. En un mundo cada vez más concienciado con la sostenibilidad y el uso responsable de los recursos, la idea de que un producto esté diseñado para fallar cuanto antes es, por lo menos, contradictoria.
Hoy muchos productos están diseñados por el fabricante calculando una duración limitada de los mismos. Así, pasado cierto tiempo, el consumidor tiene la necesidad de sustituir el modelo porque deja de funcionar a pleno rendimiento y va degradándose hasta incluso no funcionar. Cuando queramos llevarlo a reparar, nos dirán que sale más barato comprar uno nuevo que hacer esa reparación. ¿No os ha pasado eso mismo con los teléfonos móviles o los ordenadores?
Pues eso es la obsolescencia programada y la planteó por primera vez en 1932 Bernard London, en su ensayo Ending the Depression Through Planned Obsolescence.
El impacto en la industria alimentaria
La obsolescencia programada afecta a todo tipo de productos de los diferentes sectores. También a los alimentos. Un ejemplo es la fecha de “consumo preferente” que aparece en una amplia variedad de alimentos refrigerados, congelados, desecados (pasta, arroz, etc.), enlatados y otros como aceite vegetal, chocolate, etc.
Lo del consumo preferente, e incluso la caducidad, pero sobre todo la primera fórmula, es un modo de reducir artificialmente la fecha de utilización de los productos alimenticios. Las empresas indican fechas más cortas, con ese tipo de conceptos que tienen carácter puramente indicativo, pues esos alimentos todavía poseen la calidad necesaria para ser consumidos en fechas posteriores sin problema.
La respuesta legislativa y el cambio hacia la durabilidad
Pues bien, la obsolescencia programada quizá tenga un final “programado”. El Parlamento Europeo ha impulsado una Directiva que tiene como objetivo hacer que productores y consumidores se centren más en la durabilidad de los bienes. Se trata de la misma normativa que ya tratamos en el post titulado: Stop al greenwashing o lavado verde, solo es eco lo verdaderamente ecológico.
Los consumidores podremos elegir productos más duraderos, reparables y sostenibles gracias a etiquetas y publicidad más fiables. Pero, sobre todo, las empresas ya no podrán engañar a la gente diciendo que las botellas de plástico son buenas porque la compañía plantó árboles en algún lugar, o que algo es sostenible sin explicar cómo.
Esto es algo que en Espacio Orgánico tenemos muy claro, nuestras tiendas son “informativas”. En ellas explicamos los diferentes conceptos relativos a la ecología de los productos. Por ejemplo, el significado de las etiquetas que certifican lo que ofrecemos. Nuestro personal tiene formación para informar sobre temas de nutrición y salud.
Y nos comprometemos a reducir el desperdicio alimentario para contribuir a la sostenibilidad de nuestro planeta. Hemos implementado una serie de medidas para reducir al mínimo el desperdicio alimentario y además de minimizar los residuos y las emisiones de CO₂ generadas durante el proceso: compras diarias, un sistema de refrigeración y congelación, utilización de productos no aptos para la venta, descuentos para productos cerca de la fecha de vencimiento y programas de educación.
Y en el restaurante de Espacio Orgánico, nos abastecemos de nuestros productos no deseados (con roturas, por ejemplo) para el uso culinario, elaborando así todos los platos del restaurante; no desperdiciamos ningún producto consumible.
En resumen, adoptar prácticas sostenibles y rechazar la obsolescencia programada es crucial para un futuro más verde. Cada elección que hacemos como consumidores puede impulsar un cambio significativo. ¡Es hora de actuar y elegir productos que valoren la durabilidad y la sostenibilidad! ¡Hasta la próxima en Espacio Orgánico!
Alimentación sin trucos como la obsolescencia programada