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Helado de AOVE para revolucionar tus postres con el oro líquido

¿Te imaginas un helado que, además de ser cremoso y delicioso, refleje el respeto por la tierra y la apuesta por lo que nuestra tierra nos ofrece? Hoy te invitamos a descubrir cómo transformar la escasez del aceite de coco en una oportunidad para reinventar el helado ecológico, apostando por el aceite de oliva virgen extra: un ingrediente local, saludable y lleno de matices, además de increíbles propiedades.

El reto de la ecología en la cocina ecológica

En los últimos meses, la industria alimentaria se ha enfrentado a una realidad inesperada: la escasez y el encarecimiento del aceite de coco, un ingrediente clave en la elaboración de helados veganos y ecológicos. El aceite de coco aporta esa textura cremosa y estable que tanto nos gusta, pero su huella ecológica y su disponibilidad nos invitan a reflexionar sobre la importancia de elegir ingredientes que sean sostenibles, saludables y, a ser posible, de proximidad.

En Espacio Orgánico, nuestro compromiso va más allá de la calidad: buscamos alternativas que respeten la tierra, apoyen a los productores locales y, por supuesto, conquisten los sentidos. Por eso, hoy te proponemos un viaje sensorial y consciente a través de una receta que sustituye el aceite de coco por el aceite de oliva virgen extra ecológico.

Oro líquido en tus recetas

El aceite de oliva virgen extra no solo es un símbolo de nuestra cultura y nuestra tierra; es también uno de los ingredientes más saludables y versátiles que podemos encontrar en la cocina ecológica. Rico en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes naturales, el AOVE aporta beneficios para la salud cardiovascular, además de un sabor y un aroma únicos que enriquecen cualquier receta.

En la elaboración de helados, el aceite de oliva virgen extra nos permite obtener una textura cremosa y sedosa, aportando matices afrutados y herbáceos que sorprenden al paladar. Además, al tratarse de un producto local y ecológico, su uso contribuye a reducir la huella de carbono y a apoyar la economía circular, dos valores fundamentales en nuestra filosofía.

Ingredientes:

                 5 yemas de huevo

                 100 g de azúcar de caña integral

                 250 ml de leche entera

                 250 ml de nata para montar (mínimo 35% materia grasa)

                 100 ml de aceite de oliva virgen extra ecológico (variedad arbequina o una de sabor suave)

                 1 pizca de sal marina

                 Opcional: ralladura de limón o naranja, o una vaina de vainilla

Elaboración:

1. Prepara la base

                 Separa las yemas de las claras y colócalas en un bol amplio. Añade el azúcar y bate hasta obtener una mezcla cremosa y pálida.

                 En un cazo, calienta la leche y la nata junto con la sal y, si lo deseas, la ralladura de cítricos o la vainilla. Hazlo a fuego suave, permitiendo que los aromas se integren sin que llegue a hervir.

2. Integra los ingredientes con respeto

                 Vierte la mezcla caliente sobre las yemas batidas, poco a poco y sin dejar de remover, para evitar que el huevo se cuaje.

                 Devuelve la mezcla al cazo y cocina a fuego bajo, removiendo con una espátula de madera, hasta que la crema espese ligeramente y nape la cuchara.

3. Emulsiona con el aceite de oliva virgen extra

                 Deja templar la crema y, cuando esté a unos 40°C, añade el aceite de oliva virgen extra en hilo fino, batiendo suavemente para lograr una emulsión estable y sedosa. Este paso es clave para conseguir la textura cremosa y el sabor equilibrado que buscamos.

4. Deja que los sabores reposen

                 Enfría la mezcla a temperatura ambiente y luego refrigérala al menos 4 horas (mejor toda la noche). Este reposo permite que los sabores se integren y la textura mejore.

5. Congela

                 Si tienes heladera, sigue las instrucciones del fabricante. Si no, vierte la mezcla en un recipiente hermético y congela, removiendo cada 30 minutos durante las primeras 2 horas para evitar la formación de cristales de hielo.

6. Disfruta y comparte

                 Saca el helado del congelador unos minutos antes de servir para que recupere su textura cremosa. Sirve solo, con un chorrito extra de AOVE, escamas de sal marina o frutos secos tostados.

Cómo personalizar tu helado de aceite de oliva

                 Variedades de AOVE: Si buscas un sabor más suave, como te decimos, elige arbequina; para un toque más intenso, prueba hojiblanca o picual.

                 Versión vegana: Sustituye la leche y la nata por bebidas vegetales ecológicas (avena, almendra, soja) y utiliza emulsionantes naturales como anacardos o lecitina de girasol.

                 Aromatiza: Añade hierbas frescas, frutas de temporada o incluso un toque de miel para personalizar tu helado.

                 Marida: Este helado combina a la perfección con frutas frescas, compotas caseras o como acompañamiento de bizcochos integrales.

 

Más allá de la receta: una experiencia orgánica

En Espacio Orgánico cada receta que proponemos es una invitación a reconectar con los sabores auténticos. Apostar por el aceite de oliva virgen extra en lugar del aceite de coco es mucho más que un simple cambio de ingrediente: es una declaración de intenciones. La textura de este helado es sedosa y natural, su sabor evoca el campo y el sol, y su aroma nos transporta a los olivares ecológicos de nuestra tierra. Es un helado que respeta el ritmo de la naturaleza y el trabajo de quienes la cuidan, que apuesta por la transparencia y la excelencia, y que demuestra que la innovación y la tradición pueden ir de la mano.

¿Te ha gustado esta receta? Cuéntanos tu experiencia, comparte tus fotos en nuestras redes sociales y sigue explorando el universo de la cocina ecológica con nosotros. Juntos, seguimos creciendo y cuidando de lo que más importa: la vida.


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