Ir al contenido

Siete claves para reducir el desperdicio alimentario

En Espacio Orgánico siempre hemos estado comprometidos contra el desperdicio de alimentos. Hace unos meses os contábamos cómo podéis reducir ese problema. Según un informe reciente de EIT Food y 21 gramos, el desperdicio de alimentos en el sur de Europa es superior al promedio europeo. ¡Una cifra alarmante que nos invita a reflexionar y a tomar medidas!

¿De qué hablamos cuando hablamos de desperdicio alimentario?

Es importante diferenciar entre pérdida y desperdicio de alimentos. La pérdida se produce cuando los alimentos se estropean o se pierden en las primeras etapas de la cadena de valor, como en el sector primario y el transporte. El desperdicio, por otro lado, se produce cuando los alimentos que completan la cadena no se consumen porque se desechan o se dejan caducar.

En ambos casos, estamos hablando de un problema grave con consecuencias económicas, sociales y ambientales. El desperdicio de alimentos tiene un impacto negativo en nuestro planeta de diversas maneras:

                 Impacto ambiental: El desperdicio de alimentos genera emisiones de gases de efecto invernadero, contribuye al cambio climático y consume recursos naturales como agua y energía.

                 Impacto económico: Supone una pérdida económica para los hogares, las empresas y la sociedad en general.

                 Impacto social: El desperdicio de alimentos es una injusticia social, ya que mientras millones de personas sufren de hambre en el mundo, nosotros tiramos comida a la basura.

El informe de EIT Food y 21 gramos revela que la mayoría de los países del sur de Europa generan más desperdicio alimentario per cápita al año que el promedio europeo, que se sitúa en 132 kg por persona. ¡En Chipre, por ejemplo, se estiman 273 kg por persona!

Esta investigación se ha centrado en identificar los principales desafíos y oportunidades en cada eslabón de la cadena de valor alimentaria para reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos en Portugal, España, Italia, Grecia, Turquía, Malta y Chipre.

Siete claves para transformar el sistema alimentario

El informe propone seis palancas clave mas una premisa imprescindible para transformar el sector alimentario y reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos:

1.               Priorizar la prevención: Es fundamental concienciar a la ciudadanía sobre el problema del desperdicio alimentario, especialmente en aquellos países del sur de Europa con menor regulación y escaso debate público sobre este tema, como el nuestro diría.

2.               Diferenciar entre desperdicio y pérdida de alimentos: Para adoptar soluciones específicas, es importante saber qué tipo de problema estamos abordando.

3.               Unificar los criterios de medición: Es necesario establecer criterios comunes para medir el desperdicio de alimentos en todas las etapas de la cadena de valor.

4.               Adoptar un enfoque holístico y multidimensional: Para transformar el sistema alimentario es necesario que todos los agentes implicados trabajen juntos.

5.               Diseñar y desarrollar políticas integrales y coherentes: Los gobiernos deben establecer políticas que fomenten la reducción del desperdicio alimentario.

6.               Impulsar el escalado de empresas innovadoras: Es importante apoyar a las empresas que están desarrollando soluciones innovadoras para reducir el desperdicio alimentario.

7.               Compromiso de todas las partes: El compromiso de empresas, gobiernos, instituciones y la sociedad en su conjunto es esencial para alcanzar los objetivos de reducción del desperdicio alimentario.

Buenas prácticas para una misión compartida

El informe recoge una recopilación de buenas prácticas desarrolladas en el sur de Europa para reducir el problema del desperdicio, desde modelos de prevención y reutilización hasta estrategias de reciclaje y valorización de residuos.

Ejemplos como el espigamiento (recoger los restos de la cosecha que quedan en los campos después de la recolección principal) en España son muy efectivos. O las iniciativas de acuaponía en Portugal, la producción de alimentos que combina la acuicultura (cría de animales acuáticos) con la hidroponía (cultivo de plantas en agua) en un entorno simbiótico. En este sistema, los desechos de los animales acuáticos sirven como nutrientes para las plantas, y las plantas a su vez filtran y purifican el agua, que luego se devuelve a los animales acuáticos. Y los sistemas de donación y redistribución de alimentos en Italia y Turquía, que demuestran el impacto positivo de diferentes soluciones en las distintas etapas de la cadena de valor.

El desperdicio de alimentos es un problema grave que nos concierne a todos. Es hora de que tomemos conciencia de esta realidad y de que actuemos para reducir el desperdicio alimentario en nuestros hogares, en nuestros trabajos y en nuestra sociedad.

En Espacio Orgánico, estamos comprometidos con esta causa y te invitamos a unirte a nosotros. Juntos podemos construir un futuro más sostenible y justo para todos.


Compartir esta publicación
Etiquetas
Archivar
Iniciar sesión para dejar un comentario
España ya puede producir aceites de aguacate, nuez, cáñamo, sésamo, lino o chía. Explicamos sus propiedades