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La justicia ecológica y la reconexión entre el ser humano y la naturaleza

La relación entre el ser humano y la naturaleza es uno de los vínculos más antiguos y fundamentales de nuestra existencia. A lo largo de la historia, hemos dependido de la naturaleza para nuestra supervivencia y bienestar. Sin embargo, en la sociedad moderna, esta conexión se ha debilitado, lo que ha llevado a una desarticulación entre el ser humano y su entorno natural. Esta situación plantea la necesidad de un nuevo enfoque en las relaciones ser humano-naturaleza, donde lo que se puede llamar justicia ecológica juega un papel crucial en la promoción de la equidad con el medio ambiente, las generaciones futuras y otras especies.

La conexión entre el ser humano y la naturaleza 

La conexión entre el ser humano y la naturaleza va más allá de lo físico, y tiene un impacto significativo en nuestro bienestar emocional y mental. Numerosos estudios han demostrado que estar en contacto con la naturaleza reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta la concentración y la creatividad. Esta relación intrínseca nos recuerda que somos parte integral del ecosistema global y no entidades separadas. 

La desarticulación entre el ser humano y la naturaleza ha producido uno de los mayores retos que enfrentamos como especie. El ritmo acelerado de la sociedad moderna actual nos ha alejado cada vez más de nuestro entorno natural, llevándonos a pasar la mayor parte de nuestro tiempo en espacios cerrados, rodeados de tecnología. Esta desconexión ha resultado en graves consecuencias para el medio ambiente y para nuestra propia salud y bienestar.

Hacia un nuevo enfoque: La justicia ecológica

La justicia ecológica es fundamental para abordar la desarticulación entre el ser humano y la naturaleza. Este enfoque promueve la equidad no solo con el medio ambiente actual, sino también con las generaciones futuras y otras especies. La justicia ecológica reconoce que todos los seres vivos tienen derecho a un ambiente saludable y que las decisiones que tomamos hoy afectarán a las generaciones venideras. De alguna manera cuando acudimos a Espacio Orgánico manifestamos este compromiso social. No buscamos solo salud, que también, claro, es que apostando por la alimentación y los productos ecológicos estamos cambiando el paradigma; estamos aplicando en cierto modo esa justicia ecológica.

Y, ¿qué estrategias tenemos para reconectar con la naturaleza? Pues por ejemplo:

Educación ambiental: Fomentar la conciencia sobre la importancia de la naturaleza desde temprana edad es clave. Los programas educativos pueden incluir actividades al aire libre, visitas a reservas naturales y charlas sobre la conservación del medio ambiente. 

Uso responsable de los recursos: Partimos de la base de que la Naturaleza no es solo un recurso como tal. Pero promover prácticas ecológicas como la reducción del consumo de agua y energía, el reciclaje y la reutilización de materiales ayuda a valorar lo que nos aporta la naturaleza.

Reconexión: Realizar actividades al aire libre, como pasear por el bosque, practicar senderismo o simplemente disfrutar de un día de campo, nos permite reconectar con nuestro entorno natural y en línea con lo anterior a valorar el mundo en el que vivimos. 

Contemplación y mindfulness: En una sociedad acelerada, es importante desarrollar la capacidad de contemplación, y ralentizar el ritmo de vida. El contacto consciente con la naturaleza puede ayudarnos a retornar a nuestro origen como parte integral del ecosistema.

Promoción de paisajes culturales sostenibles: Los paisajes culturales constituyen una relación entre el ser humano y la naturaleza. Hoy día viajar, por contraintuitivo que pueda parecernos, se ha convertido en una fuente de contaminación, sobre todo por el movimiento de millones de personas haciendo en avión millones de kilómetros. Compramos el viaje como quien consume una experiencia y eso conlleva enormes impactos ambientales, y sociales. Es importante fomentar la creación y mantenimiento de esos espacios culturales, esos paisajes más cercanos que nos conectan mejor con la tierra. 

La importancia del bienestar subjetivo

El bienestar subjetivo, definido como "una sensación de agrado cotidiano al mantener un bienestar psicológico, gracias a una buena adaptación a las circunstancias de la vida interna y externa del individuo en sociedad", juega un papel clave en la reconexión del ser humano con la naturaleza. Al fomentar este bienestar, podemos crear una relación más armoniosa con nuestro entorno.

Y es que la adaptabilidad del ser humano es una característica fundamental que nos ha permitido sobrevivir y prosperar en diversos entornos. Sin embargo, es necesario reorientar esta adaptabilidad hacia un posicionamiento que busque el bienestar tanto individual como colectivo, incluyendo el bienestar del planeta. Las culturas de autosubsistencia ofrecen valiosas lecciones sobre cómo mantener una relación armoniosa con la naturaleza. Por eso en Espacio Orgánico damos mucha importancia al trato directo con los productores y que sean lo más cercanos posible a nuestros centros.

En muchos países, estas culturas han demostrado su capacidad para conservar y restaurar los ecosistemas. Aprender de estas prácticas y adaptarlas a nuestro contexto actual puede ser una estrategia efectiva para reconectar con la naturaleza. Desde una perspectiva filosófica, la naturaleza no es simplemente el mundo que nos rodea, sino un ente que encontramos dentro del propio mundo. Esta visión nos invita a considerar nuestra existencia como intrínsecamente ligada a la naturaleza. Por lo tanto, es necesario y urgente replantear una nueva cultura de autosubsistencia, cambiando patrones de autodestrucción, como por ejemplo, el consumo de productos y alimentos cargados de químicos tóxicos. Esta tarea, aunque compleja, es posible si consideramos las bases y legados de las culturas de autosubsistencia que han demostrado su capacidad para conservar y restaurar los ecosistemas. 

Conclusión

La relación entre el ser humano y la naturaleza es profunda y vital. A lo largo de la historia, hemos dependido de ella para nuestra supervivencia y bienestar, pero también hemos sido responsables de su degradación. El nuevo enfoque que necesitamos debe basarse en la justicia ecológica, promoviendo la equidad con el medio ambiente, las generaciones futuras y otras especies. Este enfoque requiere un cambio de paradigma en nuestra forma de pensar y actuar. Debemos reconocer que somos parte integral de la naturaleza y que nuestro bienestar está intrínsecamente ligado al bienestar del planeta. 

El camino hacia una relación más equilibrada con la naturaleza no es fácil, pero es necesario y urgente. Requiere un esfuerzo colectivo y un cambio en nuestra mentalidad. Sin embargo, los beneficios de este nuevo enfoque son innumerables, no solo para el medio ambiente sino también para nuestro propio bienestar físico y mental. En última instancia, reconectar con la naturaleza no es solo una cuestión de supervivencia, sino también de realización personal y colectiva. Al fortalecer nuestra conexión con el mundo natural, podemos encontrar un sentido más profundo de pertenencia y propósito, mejorando nuestra calidad de vida y la de las generaciones futuras. La justicia ecológica nos invita a ser guardianes responsables de nuestro planeta, reconociendo los derechos de todas las formas de vida y asegurando un futuro sostenible para todos.


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