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No tapes el dolor...déjale que hable

 “NO TAPES EL DOLOR…. DÉJALE QUE HABLE”

El dolor es la forma que tiene nuestro cuerpo para expresar o decirnos que algo no está bien. No tiene por qué ser solo físico, el dolor emocional también existe.

Un dolor recurrente en los hombros, el cuello, las articulaciones… nos puede estar diciendo, dependiendo del lado del cuerpo en el que se esté manifestando, que nuestra parte femenina o masculina (todos la tenemos), ha sido o está siendo abandonada, o, todo lo contrario, que estamos abusando de ella.

Pensaréis que es eso de la parte masculina y la parte femenina, por qué tenemos ambas, y no es más que una cuestión de energía.

Todos los seres humanos, energéticamente, estamos formados por energía femenina y masculina, y eso mismo es lo que nos hace que actuemos de una determinada forma, dependiendo de la ocasión, como en el trabajo, en el amor…

Una mujer, por ejemplo, que carga con todo el peso de la responsabilidad en su casa, en su trabajo, en su vida personal… y que ejerce tanto la responsabilidad del hombre, como la de la mujer, manifestará más dolor en su lado derecho, (parte masculina), ahí el dolor le estará indicando que pare, que está haciendo mucho más de lo que la “toca” que cuide más a esa mujer que lleva dentro, la que eres.

Este dolor también puede estar diciéndote que tu relación o relaciones con algún familiar, amigo, compañero. masculino, necesita ser resuelta. Puede ser algún conflicto o emoción, no gestionada de hace años o incluso algo reciente a lo que no nos estamos enfrentando.

Hay que entender, que la mayoría de las enfermedades, son psicosomáticas y que solo tenemos que saber escuchar a nuestro cuerpo y no ignorar sus señales.

El medicamento solo calmará el dolor, pero el daño seguirá estando ahí y cuanto más lo ignoremos, más difícil será de encontrar y sanar.

La solución no está en la pastilla, ni siquiera en el , está en aprender a parar, a sentir, de esta forma podremos escuchar, qué es lo que nuestro cuerpo nos puede estar diciendo.

¿Cuántas veces lo hacemos?

Vivimos tan desconectados de nosotros mismos que apenas nos conocemos.

¿Cuántas veces te has dicho que te quieres?, ¿Cuántas veces al día piensas en lo que tú necesitas, en lo que tú quieres?


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