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Las emociones a flor de piel

LAS EMOCIONES A FLOR DE PIEL

El estado de nuestra piel, cambia en función de estados hormonales, de estrés, de la estación en la que estemos, del estilo de vida que llevamos, del descanso, de la nutrición.

Podría decirse que nunca tenemos la misma piel, pero si, nuestra piel es la misma, lo que cambia es su salud, su equilibrio.

Nos pasamos la vida buscando la piel perfecta, cuando ya la tenemos desde que nacemos.

Cuando nos preguntan por la edad, nos avergüenza decir la que tenemos en realidad, pues nos hace sentir viejos, cuando la realidad es que hemos dejado de sentirnos, de querernos, de amarnos.

Envejecer, es algo normal, es lo más bonito que nos puede pasar, pues eso significa que estamos vivos y no tenemos que verlo como algo malo, ni sentir que la belleza se va, todo lo contrario, la belleza está en esa sabiduría que hemos ido adquiriendo con el paso de los años.

 

Envejecer bien depende de nosotros, de cómo nos cuidemos y del amor que nos profesamos a nosotros mismos.

¿Escuchas a tu cuerpo?

¿Revisas tus emociones?

¿Expresas lo que sientes?

Las emociones dejan huella en nuestro cuerpo, en nuestra piel, en nuestro rostro. Nos llenan de recuerdos, de historias, que nos dejan un rastro visible, incluso invisible…Detrás de cada zona del rostro, se esconde una emoción, detrás de cada arruga, cada surco, cada mancha, se esconde una historia.

Para entender cómo funcionan las emociones, lo primero es saber que toda emoción surge de un pensamiento y que es ahí, en los pensamientos, dónde más debemos trabajar.

Esas emociones que surgen de un pensamiento, están a su vez conectadas con cada una de las partes de nuestro cuerpo y pueden ser tanto positivas, como negativas. Dependiendo de cómo sean, tendrán una manifestación diferente y una respuesta diferente, por parte de nuestro cuerpo y órganos.

Si tuviéramos un mapa facial, nos mostraría como la zona de la mandíbula, es una de las que más acumulación de emociones refleja, además de ser la que tiende a estar más tensionada, en muchos casos por la acumulación de toxinas, los surcos de alrededor de la boca, reflejan resentimiento, aquellas cosas que no hemos podido perdonar, la barbilla refleja nuestros miedos, el entrecejo, traumas acumulados, situaciones que nos han generado un gran shock y que no hemos podido gestionar, la frente nos habla de la soledad, del aislamiento.

El objetivo al que debemos ir, es conectar con el lenguaje de la piel, desbloqueando a nivel de la piel, todo aquello que se ha quedado estancado. Aquí es donde la cosmética cobra protagonismo, pero no cualquier cosmética, aquella que ejerce vibraciones, que transforma, que cambia energías, estados.

Tú tienes el poder de transformar todo aquello que te propongas


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