El Instituto Nacional de Estadística publica la denominada Encuesta de Presupuestos Familiares y en ella encontramos datos interesantes. Por ejemplo, que cada vez más nos gusta comer fuera, ir a restaurantes y que nos hagan la comida, vaya. Y que, curiosamente, cada vez bebemos menos alcohol pues en lo único que el gasto medio por hogar ha disminuido es en el apartado alcohol y tabaco.
En lo que respecta a la alimentación, lo que se observa es que tomamos más patatas fritas, snacks (con los problemas de salud que estos llevan aparejados y que describimos en nuestro post titulado El análisis de los aperitivos salados. Mejor bio, los demás van cargados de sal, grasas, azúcar y aditivos), helados y cerveza. Lo que consumimos menos es pan y azúcar. Otras tendencias que se observan son que el café lo preferimos en cápsulas en vez de café molido, más tradicional, y que con la carne de cerdo estamos sustituyendo a la de ternera. Otra tendencia seguramente marcada por el alto precio del aceite de oliva, que se ha convertido en verdadero oro líquido, es que compramos más de aceite de girasol y menos de oliva.
Tendencias de consumo en frutas y otros alimentos
En los hogares cambiamos nuestros hábitos y en los supermercados, como el nuestro de Espacio Orgánico, lo notamos. Y es que en la década que va de 2013 a 2023 el consumo de patatas, puré de patatas y batatas, ha crecido un 150%, y los snacks un 100%. A continuación, los mayores incrementos en el consumo se dan en las aguas minerales con y sin gas y los hielos, un 38%. Los helados se toman un 37% más, y fresas, frambuesas, plátanos y uvas suben un 35%.
En este punto os invito a leer este reportaje que hicimos hace poco en la finca Ecos del Lozoya que abastece a Espacio Orgánico de frutos del bosque y rojos.
Las bebidas de cacao y el chocolate en polvo así como las cervezas bajas en alcohol o directamente sin el mismo han subido en esta última década un 33%, mientras que la cerveza con alcohol lo ha hecho menos, 25%, como el chocolate en tableta, como las mantequillas y otras grasas animales. Sin embargo cava, champagne y vinos espumosos han crecido un 28%.
Lo que menos comemos ahora
Lo que más ha bajado es el consumo de carne de cordero, un 38%, seguida de las carnes de jabalí y caza, conejo o caballo, un 33%. Y del 30 al 24% bajan el azúcar, las bebidas vegetales y zumos, los espirituosos y licores, el pan en barra y de molde, el marisco, la leche entera y las carnes procesadas. Entre las hortalizas, curiosamente durante todos estos años ha bajado un 24% la compra de lechuga, espinacas, apio, y otras verduras de hoja y tallo.
Si tenéis curiosidad por saber cuánto ha gastado el hogar medio en el último año en alimentación y bebidas no alcohólicas es 5.333 euros. Esto representa el 16,4% del presupuesto. Los consumos de carne (3,6 % del gasto total), pan y cereales (2,2%), leche, queso y huevos (2,1 %), legumbres, hortalizas y patatas (1,8%), pescado (1,8%) y frutas (1,6%), fueron los más relevantes.
Son curiosos estos datos porque por un lado consumimos más de esos snacks que pueden ser muy malos para la salud, y por otro lado ingerimos menos alcohol y fumamos menos, que es bueno para la salud. Con las carnes ocurre que sube el cerdo, baja la ternera y también estamos comprando menos carnes sanas como la de jabalí y de caza en general, que aunque no llevan certificado ecológico se podría decir que son “ecológicas” por su crianza salvaje.
También llama la atención el cambio de gustos en el área de hortalizas y frutas, unos aumentan notablemente sus ventas mientras otras, como la clásica lechuga, parece que gusta menos y se consume poco. ¿Los caprichos del mercado? Hay que decir que la estadística se hace mediante preguntas a la población, pero no se ha distinguido entre alimentos ecológicos y convencionales.
Comemos más patatas y snacks, y menos carnes, azúcar y pan