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Gastronomía sostenible: ¿qué es y cómo practicarla en tu día a día?

Hoy 18 de junio, es el día Mundial de la Gastronomía sostenible, un concepto clave para cuidar nuestra salud y la del planeta. La Organización de Naciones Unidas (ONU) define la cocina sostenible como aquella que toma en cuenta el origen de los ingredientes, cómo se cultivan y cómo llegan a nuestros platos. En otras palabras, se trata de fomentar una alimentación que utilice productos de temporada, respete las tradiciones locales y cuide del medio ambiente.

La nutricionista Andrea Díaz Pereira (@nutriandreaplus), cree firmemente en este enfoque. Por eso, ofrece algunos consejos prácticos para que tú también practiques la gastronomía sostenible en tu día a día. ¡Toma nota!

Consejos prácticos de gastronomía sostenible

1.     Consume productos de temporada: Dale prioridad a las frutas y verduras de estación. Estos alimentos, además de ser más frescos y nutritivos, requieren menos transporte y energía para llegar a tu mesa, y se reduce así la huella de carbono. Compra según la temporada del año (por ejemplo, cítricos en invierno, hortalizas de verano) y disfrutarás de mejor sabor y precio.

 

2.     Elije alimentos locales y de cercanía: Siempre que puedas, elige productos cultivados o producidos en tu región o las aledañas. Al comprar en mercados de productores o tiendas ecológicas de barrio (como Espacio Orgánico) apoyas a pequeños productores, reduces las emisiones por transporte y fomentas la economía de tu comunidad (entendida en un sentido amplio del término pues no se pueden conseguir todos los alimentos en tu entorno más cercano). Además, los productos locales suelen estar recolectados más recientemente, y por ello conservan mejor sus propiedades nutricionales (si son ecológicos has de saber que estas son mayores, comprobado científicamente).

 

3.     Más vegetales, menos carne: Incrementa la proporción de verduras, frutas, legumbres y cereales integrales en tus platos, y modera el consumo de carnes (sobre todo rojas y procesadas). Nuestro consumo de carne actualmente está por encima de lo recomendado; no hace falta volverse vegano de inmediato, pero sí podemos reducir porciones y frecuencia con la que la ingerimos. Prueba a reemplazar algunas comidas con proteínas vegetales como legumbres, tofu o frutos secos. Tu salud (y el planeta) lo agradecerán, ya que la producción excesiva de carne conlleva un alto impacto ambiental.

 

 

4.     Elige alimentos ecológicos y de comercio justo: Siempre que sea posible, opta por productos orgánicos o ecológicos. Esto siempre te lo recordamos desde Espacio Orgánico porque nuestra oferta está libre de pesticidas sintéticos y tóxicos; los alimentos que nos traen nuestros proveedores están producidos con métodos respetuosos con la tierra. También busca certificados de Comercio Justo en productos como café, cacao o té, que garantizan que los productores reciban un trato y pago adecuados. De este modo cuidas tu salud al evitar químicos en tu comida y apoyas prácticas agrícolas y laborales más sostenibles que, a la postre redundan también en tu salud.

 

5.     Limita la comida ultraprocesada: Reduce el consumo de alimentos ultraprocesados (como snacks industriales, refrescos azucarados, bollería empaquetada). Estos productos suelen tener menos valor nutritivo y vienen cargados de azúcares, sal o grasas que no son saludables. Además, su producción y envoltorios generan un mayor impacto ambiental. Prioriza alimentos frescos y recetas caseras sencillas con ingredientes naturales. Por ejemplo, en lugar de comprar zumos envasados, prepara agua de fruta natural y verás la diferencia que hay en sabor y en residuos que evitas.

 

6.     Planifica tus compras para evitar desperdicios: ¿Sabías que cerca de un tercio de los alimentos producidos en el mundo termina en la basura? Para combatir ese desperdicio, planifica tus menús semanalmente y haz una lista antes de ir de compras. Adquiere solo lo necesario según tu plan de comidas, teniendo en cuenta las porciones reales. Esto te ayudará a ahorrar dinero y a que no se quede nada olvidado en el fondo de la nevera. Una buena planificación es la base de una cocina saludable para el planeta.

 

7.     Aprovecha al máximo las sobras: Practica la cocina de aprovechamiento, es decir, reutiliza las sobras en lugar de tirarlas. Si te sobra comida de la cena, guárdala adecuadamente para el día siguiente o incorpórala en una nueva receta. ¡Sé creativo! Por ejemplo, con restos de verduras asadas puedes preparar una crema o un relleno para empanadas, y el pan duro se puede convertir en tostadas, croutons o pudin de pan. De esta manera no tiras comida y le das una segunda vida a los alimentos. Recuerda: en gastronomía saludable y sostenible, aquí no se desperdicia nada.

 

 

8.     Reduce plásticos y envases de un solo uso: Cuando vayas de compras, lleva bolsas reutilizables, frascos o tuppers para almacenar los alimentos a granel. Intenta elegir productos con poco empaque o que vengan en presentaciones reciclables/compostables. Evita, por ejemplo, comprar frutas envueltas en plástico innecesario. Si pides comida para llevar, lleva tu propio recipiente reutilizable. Con pequeños gestos como estos, disminuirás la cantidad de residuos que generas y cuidas el entorno.

 

9.     Cultiva tus propios alimentos (si puedes): ¿Tienes un jardín, patio o incluso un balcón soleado? Anímate a plantar algunas hierbas aromáticas, vegetales de hoja o tomates cherry en macetas. Cultivar algo propio, aunque sea en pequeña escala, te conecta con la naturaleza y te hace valorar más el trabajo que hay detrás de cada alimento. Además, reduces la huella ecológica al tener comida kilómetro 0 en casa. Si no dispones de espacio, también puedes unirte a huertos urbanos o comunitarios en tu ciudad para aprender y compartir cosechas locales. La comida cultivada por ti es más saludable pues eres tú quien controla si se le echa o no productos químicos tóxicos.

Con estos consejos, queremos acercar la nutrición, la ecología y la gastronomía sostenible a tu vida cotidiana. Te animamos a poner en práctica estas ideas y a compartirlas con tu familia y amigos. Verás que pequeños cambios en tu forma de comprar, cocinar y comer marcan una gran diferencia para tu salud y la del planeta. ¡Entre todos podemos lograr un estilo de vida más saludable y ecológico!


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