En otras ocasiones hemos tratado sobre pesticidas y otros tóxicos usados en la alimentación. Claro, estos productos tienen principios activos con nombres muy técnicos, y hoy vamos a tratar sobre los nonoxinoles. Se usan como surfactantes (elementos que actúan como detergentes, emulsionantes o humectantes), y están desde en los plaguicidas hasta en los productos de higiene personal. ¡Y son espermicidas! Es decir, afectan a la fertilidad masculina.
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Disminución en la cantidad de espermatozoides
Desde hace unos 20 años se está documentando una disminución en el número de espermatozoides en los hombres europeos. Diversos estudios han demostrado que la cantidad de espermatozoides producida por hombres occidentales ha disminuido aproximadamente un 50% desde 1940 hasta 1990.
Además, la concentración de espermatozoides en el semen y la cantidad del mismo en cada eyaculación también han disminuido en los últimos 50 años.
Se ha observado que esta disminución en el número de espermatozoides se ha acelerado en los últimos años, con una reducción promedio de más del 1% por año entre 1973 y 2018. Estos hallazgos han generado preocupación en la comunidad científica y han llevado a debates sobre la fertilidad masculina.
Factores ambientales y de estilo de vida
Las causas de esta bajada en el número de espermatozoides son complejas y pueden estar relacionadas con factores ambientales, como la exposición a productos químicos y la contaminación, así como el estilo de vida y el estrés.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la calidad del semen y la fertilidad masculina no solo dependen del número de espermatozoides, sino también de otros factores como la movilidad y la morfología de los espermatozoides.
El papel de los nonoxinoles en la agricultura y la salud
Y ¿qué papel juegan los nonoxinoles, como el nonoxinol-9, que se utilizan como surfactantes no iónicos en la formulación de pesticidas y plaguicidas agrícolas?
Estos compuestos se utilizan en productos de la agricultura industrial para mejorar la eficacia de los pesticidas y facilitar su aplicación (y no solo se usan en el campo y nos llegan al plato, es que también los ingerimos después cuando nos lavamos los dientes, al usar determinados colutorios bucales, por ejemplo).
Un surfactante se usa en un plaguicida para reducir la tensión superficial de las gotas de riego por aspersión, permitiendo que estas se extiendan sobre un área mayor de la hoja de la planta que supuestamente sufre la plaga. Así mejoran la penetración del ingrediente activo en la planta objetivo.
Además, los surfactantes ayudan a que las gotitas de pulverización se adhieran mejor a la planta en condiciones ventosas. Estos compuestos son esparcidores de agua que facilitan la absorción del plaguicida, aumentando su eficacia y potenciando su rendimiento.
Los surfactantes pueden ser iónicos, no iónicos o ambivalentes, y su uso ha ganado importancia en la agricultura por sus propiedades coadyuvantes para mejorar la absorción de moléculas con actividad herbicida, insecticida y fertilizante.
Pero claro, se los "come" la planta y nos lo comemos nosotros si nos alimentamos con hortalizas provenientes de plantas así tratadas. Y es que si bien el compuesto surfactante/espermicida, no penetra fácilmente a través de la piel, sí lo hace por ingestión.
Conclusión: Hacia un futuro más sano con la agricultura ecológica
En resumen, los hallazgos sobre la disminución de la fertilidad masculina debido a los surfactantes como los nonoxinoles en productos agrícolas y de higiene personal plantean serias preocupaciones. Sin embargo, hay luz al final del túnel. La agricultura ecológica nos ofrece una alternativa prometedora, al prohibir el uso de estas sustancias químicas. Optar por productos derivados de la agricultura ecológica no solo minimiza nuestra exposición a estos compuestos potencialmente dañinos, sino que también contribuye a un entorno más saludable y sostenible. Desde Espacio Orgánico, os animamos a que os informéis y elijáis conscientemente productos que apoyen prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con nuestra salud y la del planeta.
Espermicidas en tu plato: La fertilidad del hombre en peligro