Educación afectivo-sexual durante la etapa de crecimiento
EDUCACIÓN AFECTIVO-SEXUAL EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA FRENTE A LA PORNOGRAFÍA.
La facilidad de acceso a internet, así como, el acceso a edades tempranas a dispositivos como móviles o tablets ha permitido que los niñ@s se inicien en contenidos sexuales para los que no están preparados/as y no sepan interpretan correctamente, ya que van dirigidos a adult@s.
Las consecuencias del consumo de estos contenidos a edades prematuras, como la infancia o la adolescencia, pueden ser muy negativas:
· Estos adolescentes o preadolescentes se crean una idea distorsionada acerca de la sexualidad, ya que lo que ven en el porno lo asumen como real, no como lo que es, una fantasía.
· Se favorece un aprendizaje de actitudes agresivas en el ámbito sexual, al mismo tiempo, se potencia la construcción de estereotipos de género perjudiciales, ya que perpetúan el sexismo y la violencia hacia la mujer, ya que se la convierte en un mero objeto de placer.
· La pornografía tradicional, no aparece el consentimiento por ningún lado y las niñas y adolescentes asumen que esos es lo que se espera de ellas, por lo que muchas veces se inician en prácticas que no desean y para las que no se sienten preparadas, viviendo situaciones traumáticas.
· Además, los usuarios/as de estos contenidos cuando tienen prácticas sexuales suelen ser de riesgo, de nuevo, por imitación de lo que aparece en la pornografía, en la que no se ve la prevención de ETX.
· Muchos preadolescentes tienen conductas hipersexuales que no son acordes a su etapa evolutiva. Se aprende por imitación y especialmente es estas etapas. Además, hay que tener en cuenta que las imágenes tienes mayor calado en sus cerebros y es que además de la pornografía hay otras fuentes como vídeos musicales, canciones como las de reguetón, programas, series…que les sirven de aprendizaje de una distorsionada sexualidad que está haciendo mucho daño a este colectivo y a la sociedad en general.
· Además, los usuarios/as de estos contenidos cuando tienen prácticas sexuales suelen ser de riesgo disminuir la satisfacción sexual o sexualidad violenta y falta de intimidad o de conexión emocional.
Para prevenir las consecuencias perjudiciales del consumo de pornografía será de interés desarrollar programas de educación afectivo-sexual integradores.
Además, conductas como el “sexting” o el “revenge porn” también son frecuentes en esta etapa evolutiva. Sin embargo, debido a que los adolescentes se encuentran en un período evolutivo crítico para el desarrollo de una sexualidad sana, por los diversos cambios biológicos, afectivos, psicológicos y sociales propios de esta etapa, parece que son más susceptibles ante la exposición a este tipo de contenidos.
Muchos padres y profesores creen que la educación de los hij@s u alumnas/os en materia sexual no debe comenzar hasta la pubertad, pensando que los niños y niñas son seres asexuados. En realidad, esta idea está muy asentada en la sociedad en general.
Estas personas, cuando las/os menores en la infancia les hacen preguntas sobre algo relacionado con la sexualidad, responden con evasivas, no contestan e incluso mienten. Los pequeñ@s perciben esa actitud y, poco a poco, van entendiendo que no deben preguntar. Estas adult@s están tranquilos y satisfechos por haber conseguido que sus hij@s u alumn@s no pregunten. Con ese comportamiento, lo que se consigue es la desinformación del niñ@ y la pérdida de ocasiones para ir estableciendo la confianza, que en el futuro será más necesaria todavía. En muchas ocasiones esa confianza no se vuelve a recuperar.
Aunque much@ madres/padres o educadoras/es no se propongan iniciar la educación sexual para sus niños y niñas, éstos la van a recibir. Las actitudes que tomen frente a la sexualidad las madres/padres y el resto de las personas que rodean al chico o la chica desde que nace (lo que se llama aprendizaje vicario), van a determinar en gran medida la idea que esa persona se vaya haciendo acerca de su sexualidad y de la sexualidad en general. Esa actitud aprendida frente a la sexualidad cuesta mucho cambiarla. De hecho, la parte informativa del aprendizaje se suele olvidar, pero la parte actitudinal no. Por eso a la mayoría de las personas que hicieron preguntas a sus padres cuando eran pequeños, del tipo “¿qué es el coito?”, se les ha olvidado la respuesta, pero no la cara de susto de sus padres.
Sigmund Freud fue el primero, en el primer tercio del siglo XX, en reconocer que l@s bebés vienen al mundo acompañados de su sexualidad. Decía que la mayoría de las/os niñas/os habían tenido actuaciones y sensaciones sexuales antes de la pubertad. Freud tenía un concepto de la sexualidad mucho más amplio que sus coetáneos, que simplemente la relacionaban con la genitalidad y la reproducción.
Hoy, esta premisa de Freud está generalmente aceptada. En consecuencia, al reconocer que la sexualidad está presente desde el nacimiento, entenderemos la importancia de la educación sexual en la infancia, ya que, como se está viendo, la sexualidad infantil será la base de la sexualidad adulta.
Gran parte de la información no verbal que fomenta estas diferencias, la reciben a través de los modelos simbólicos contenidos en las películas infantiles, las series, los anuncios publicitarios, los juguetes, los cuentos, los juegos, el lenguaje, etc.
Analizando algunos de estos modelos simbólicos, veremos que todos van encaminados a fomentar una serie de estereotipos y roles de género de los que la mujer sale muy mal parada. La violencia de género, que tantas muertes se cobra en nuestro país, no es más que una consecuencia de la mala educación de género que se hace en nuestra cultura.
Se podría hablar largo y tendido de cada uno de los modelos simbólicos que se exponen a continuación, pero para hacerse una idea de la influencia que tienen en las/os pequeñas/os se expondrá, a grandes rasgos, alguno de estos modelos:
Aunque muchas personas creen que todo esto poco tiene que ver con la sexualidad, no están en lo cierto. Todos estos modelos hacen creer que hay muchas más diferencias, entre el género masculino y femenino, de las que hay en realidad. El comportamiento estereotipado y machista, que pueden llegar a mostrar en el futuro estas/os menores traerá consigo, de no hacer algo para evitarlo, consecuencias negativas en las relaciones de pareja y en las relaciones sexuales.
Los adult@s deben ser conscientes de toda esta información subliminal que los niños y las niñas inevitablemente reciben, y ser capaces de contrarrestarla con mensajes y actitudes más igualitarios. Además, es importante filtrar, adaptar y/o matizar, en la medida de lo posible, determinados cuentos, películas, anuncios televisivos y canciones con el fin de neutralizar o atenuar la información negativa que les podría llegar.
Como conclusión, se pretende que la persona viva su sexualidad de una forma positiva y sepa disfrutar de ella sin condicionamientos culturales y sociales.
El objetivo es educar a personas que en un futuro se conozcan, acepten, vivan y expresen su sexualidad de modo que sean felices.
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