DIEZ RAZONES PARA PASARSE A LO ORGÁNICO
Belleza, salud, un planeta mejor, animales felices, disfrutar de la comida y favorecer la economía del entorno son solo algunas de las razones por las que pasarse a lo orgánico es ganar mucha calidad de vida.
Cada vez más estudios científicos y la experiencia de más personas demuestran que consumir productos orgánicos, ecológicos o bio tiene muchas ventajas reales, tanto a nivel físico como mental, social o para el medio ambiente. Te contamos diez de esas ventajas.
Salud
Intolerancias alimentarias, sobrepeso, dermatitis, alopecia, migrañas, colon irritable y muchas otras disfunciones físicas e incluso mentales tienen entre sus causas el alto nivel de acumulación de sustancias químicas artificiales que dejan en el cuerpo los alimentos y los productos de higiene y cosmética convencionales. Además, todo estrés innecesario y sostenido en nuestras células tiene su parte de influencia en enfermedades más graves como cáncer, enfermedades nerviosas o alteraciones coronarias, entre otras.
Los alimentos orgánicos, así como los productos de higiene y cosmética, están libres de pesticidas, antibióticos o fertilizantes sintéticos en su producción, y de aditivos químicos (glutamato monosódico, nitratos, etc.) en su elaboración, por lo que su consumo es por sí mismo una mejora en salud a todos los niveles.
Se beneficia el medio ambiente
Quien consume alimentos y otros productos orgánicos está contribuyendo a un medio ambiente mejor. En su producción se requiere menos energía, lo que significa menos contaminación, y también se reduce la contaminación al potenciarse los productos de proximidad. Además, no se contaminan químicamente ni el suelo ni los acuíferos, evitando los daños colaterales a otras especies vegetales, animales o incluso al hombre. Entre otros efectos beneficiosos, la agricultura ecológica también recicla los nutrientes incorporándolos al suelo como compost o abono orgánico, y mantiene los hábitats de los animales silvestres.
Un mundo orgánico es un mundo mejor
La producción orgánica equilibra las fuerzas entre agricultores, ganaderos, distribuidores y comercio, por lo que se evitan situaciones de explotación y de distorsión y manipulación del mercado. Esto genera bienestar y equilibrio social y permite a los agricultores trabajar con la naturaleza y no contra ella, acercándonos a un mundo más sostenible.
Contribuye al desarrollo económico cercano, y por lo tanto a tu propia economía
Al trabajar con productores cercanos, que a su vez obtienen las materias primas de su entorno cercano, los intercambios económicos acaban repercutiendo en la propia comunidad, lo que beneficia indirectamente a tu propio negocio o empleo.
Mejor sabor
Quien busca máxima calidad en los alimentos apuesta por lo orgánico. Las plantas y los animales orgánicos o bio se desarrollan conservando su autenticidad biológica, son mayoritariamente de temporada y no tienen una cadena de refrigeración y transporte larga. Esto hace que conserven sabores que en los productos convencionales se han perdido. Lo orgánico es un valor fundamental para quien entiende la comida como una forma de disfrutar de la vida, y no solo como una necesidad.
Se cocina mejor
Cualquier persona que cocine con frecuencia nota la diferencia en los fogones entre alimentos orgánicos y los que no lo son. La carne de origen orgánico no suelta residuos y líquidos al igual que la carne convencional. El pollo requiere cocciones más largas pero deja un sabor más natural en los caldos. Las hortalizas y las verduras no encojen, también sueltan menos agua y al horno se cocinan con mayor uniformidad. Y, entre otras características, los alimentos orgánicos se pegan menos a la sartén. Si pruebas a observar las diferencias al cocinar con productos orgánicos, te sorprenderá.
Más nutrientes
Los expertos en nutrición hacen cada vez más la diferencia entre comestibles y alimentos. Los primeros pueden comerse pero casi no tienen nutrientes, lo que a la larga produce diversos efectos perjudiciales, entre ellos que se come más para obtener lo mismo. Algunas personas que se pasan a lo orgánico notan, por ejemplo, que baja su impulso de picar entre horas.
La ventaja en nutrientes de los alimentos orgánicos ha sido demostrada por muchos estudios científicos.
Por ejemplo, una investigación de la Rutgers University del Reino Unido concluyó que las verduras ecológicas superan entre 10 y 50 veces el contenido en minerales de las convencionales. Los alimentos orgánicos se pueden consumir con la cáscara o sin pelar, y es en la piel y la parte en contacto con ella donde se acumulan mayor cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes.
Animales felices
Si te impresionan las imágenes de maltrato animal, piensa que la estabulación intensiva a la que se ven sometidas especies como vacas, pollos, o cerdos es un cierto tipo de maltrato, ya que al animal no se le permite ser lo que sería en un entorno natural. Es por esto que enferman con facilidad y se les debe tratar con antibióticos. Consumir orgánico es apostar por animales felices, en semilibertad, con una vida digna y disfrutando de su esencia y de las relaciones con los otros animales, lo que implica animales más sanos y sin medicar. La carne ecológica no solamente es físicamente mejor, va impregnada de una energía mejor.
Libres de transgénicos
Una de las condiciones para que un producto lleve un sello oficial que lo avale como orgánico es que no contenga organismos modificados genéticamente o transgénicos. Los transgénicos tienen efectos en el medio ambiente y se digieren peor ya que entre otras cosas están modificados para que a las plagas les resulte más difícil comerlos, lo que no es indiferente para nuestros intestinos. Esta es una de las causas del crecimiento espectacular de casos de colon irritable e intolerancias. Por otro lado, la agricultura libre de transgénicos mantiene la biodiversidad de semillas y especies, lo que a la larga garantiza un planeta más libre y más sano.
Belleza
Los productos orgánicos contribuyen a una mayor belleza física desde el interior, en especial ayudan a deshinchar el cuerpo y a mejorar la piel. ¿Por qué? Porque nuestra biología no está adaptada a los componentes artificiales introducidos por la industria alimentaria y cosmética, así que los gestiona como puede. La ingesta de alimentos convencionales día tras día produce microacumulaciones en la mayoría de los tejidos del cuerpo, y pequeñas reacciones inflamatorias que nunca se solucionan. Esto lleva con los años a un cierto nivel de hinchazón que puede distinguirse en muchas personas al pasar cierta edad, sobre todo en el abdomen. Muchas personas, tras un tiempo prolongado de consumo de alimentos orgánicos u ecológicos, ven como su cintura se reduce y su piel mejora.
Cuestan lo que aportan
El precio de los productos orgánicos es más alto que el de los convencionales, cierto, pero gracias a todas estas ventajas la balanza se inclina claramente hacia lo orgánico. Además de los puntos citados, consumir orgánico produce ahorros indirectos a lo largo de un año, por ejemplo en tratamientos de salud y belleza o, como decíamos, en la cantidad de producto comprado, ya que al tener más nutrientes, a largo plazo se ingieren cantidades menores. No olvidemos tampoco que la economía en torno a lo orgánico, al ser cercana, revierte en la propia comunidad.
Antonio Ortega, colaborador de Espacio Orgánico.
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Comentarios
Ganadería sufriente y cruel (intensiva y extensiva))
Por:Buenaventura En 05/12/2022En pleno siglo XXI aseverar que le alimentarse de animales de ganadería extensiva es necesario para tener una dieta sana o equilibrada, responde únicamente al apoyo económico del lobby cárnico, (ni salud humana, ni 'bienestar animal' estaán en juego) ya que uno --el sector intensivo -- se retroalimenta de la existencia del otro, el extensivo -- que si fuera como vds. proponen sería carne para cuatro privilegiados, tendrán vds. que darle una vuelta. Lean a Cerrillo en La vanguardia o Monbiot en The guardian.